Comprensión lectora de leyendas y mitos

En la antigüedad, las culturas utilizaban relatos para dar explicación a sucesos naturales o justificar sus creencias. Estos relatos son llamados mitos o mitos cortos y, en muchas ocasiones, van acompañadas de cuentos y  leyendas populares, que cuentan historias entre realistas y sobrenaturales sobre figuras humanas tipificadas. No obstante, las leyendas son un género literario que ha sido utilizado a lo largo de la historia, por lo que encontramos leyendas más modernas. Todos estos mitos y leyendas del mundo cuentan historias magníficas y que, adaptadas, se convierten en lecturas perfectas para los niños.


El hombre caimán

Cuenta la leyenda que en la localidad de plato vivía un hombre pescador, al que le gustaba mirar a las mujeres que lavaban y se bañaban en las aguas del río Magdalena. Tenía tanto interés por observarlas, pero a la vez tanto miedo de ser descubierto que fue en busca de un brujo a la alta guajira (cuya capital conocemos, Riohacha). Este brujo le dio como solución dos pócimas, una roja y otra blanca. Con la poción roja se convertiría en caimán, y podía observar de cerca a las muchachas sin peligro de que lo descubrieran y luego, lógicamente, le fueran a dar un escarmiento. La poción blanca en cambio lo devolvería a su estado natural humano y un amigo debía suministrársela a la vuelta de sus correrías.


Durante un tiempo el hombre disfruto de su condición y de sus correrías, observando a las mujeres mientras se bañaban, inocentes, en el río.
 
Un día su compinche no pudo acompañarlo, pero envió a otra persona que era la encargada de suministrarle la pócima que lo haría hombre. Al ver el caimán de cerca, el hombre se asustó y dejo caer la botella, derramándose su contenido. Se perdió el antídoto, pero unas gotas cayeron sobre la cabeza del hombre caimán, dejándolo mitad hombre, mitad caimán.
 
A partir de ahí el hombre no pudo espiar a más mujeres mientras se bañaban porque se convirtió en el terror del lugar. Nadie se bañó más en esa parte del río y el hombre caimán solo era visitado por su madre, quien le preparaba y llevaba sus alimentos favoritos. A la muerte su madre el hombre caimán decidió dejarse arrastrar por el río hasta su desembocadura, donde desapareció. Aun hoy los pescadores tienen la esperanza de cazarlo.



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